Economía Azul
De repente, en las últimas semanas, dos colores han sido noticia en la prensa de la comarca; verde y azul, azul y verde, pero no el azul de las aguas de la Bahía ni el verde del Parque de los Alcornocales.
Verde de esperanza, sí, de la esperanza de disponer muy pronto de la energía del sol del sur - y también, tal vez, de la del viento del Estrecho -, energía auténticamente limpia, Energía Verde, necesaria para mantener una actividad industrial sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Azul de ilusión, sí, de la ilusión de que, tal vez, pueda ser auténtico el compromiso político y social asumido por la Junta de Andalucía para hacer realidad un modelo de crecimiento económico centrado en el respeto por el medio ambiente. No otra cosa cabe esperar de la creación, el pasado mes de julio, de la nueva Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, entre cuyas competencias explicitas se incluyen – además del mandato de velar por el medio ambiente y el desarrollo sostenible - las relacionadas con “el uso, gestión y conservación sostenibles de los recursos marinos”, de las que se ocupa la Economía Azul desde hace casi treinta años.
Es de lamentar, sin embargo, que el nuevo consejero, en la primera de sus apariciones públicas de la que ha dado cuenta la prensa de la comarca, haya hecho entrega al Presidente de la APBA del premio “Impulsa Territorio”, otorgado por el Grupo Marítimo Marino de Andalucía al Puerto de Algeciras “por su papel en el impulso del desarrollo económico y social, generando empleo e innovando y aportando valor añadido a la región”, (Europa Sur, 23 Noviembre, 2022 - 09:27h), logrado a costa de la degradación del medio marino, la pérdida de kilómetros de litoral bajo una marea de cemento, la destrucción de ecosistemas y la práctica desaparición de la vida en las aguas de la Bahía de Algeciras.
Es un hecho que entre los años 1958 y 1978 el puerto de Algeciras fue el primer puerto de Andalucía en volumen de pesca fresca desembarcada (50.000 toneladas de media anual durante el período), coexistiendo con el desarrollo industrial de la bahía, iniciado con la puesta en marcha del Plan de Desarrollo Económico y Social del Campo de Gibraltar que promovió la construcción de la Refinería de Cepsa (inaugurada en 1967), y la factoría de Acerinox (puesta en marcha en 1972).
A comienzos de los años 80, coincidiendo con el desarrollo portuario y los primeros rellenos del Llano Amarillo en la dársena pesquera (para aparcamiento de vehículos de la Operación Paso del Estrecho) y con la finalización del acondicionamiento de los rellenos en Isla Verde (para el tráfico de contenedores), se inició el descenso continuado del desembarco de pesca fresca que, de 49.000 toneladas en 1982, llegó apenas a 9.000 a finales del pasado siglo.
En Diciembre de 2008, en declaraciones realizadas a la prensa local, el presidente de la Cofradía de Pescadores de Algeciras lamentaba la desaparición de la pesca en la Bahía por la falta de caladeros, reiterando las alegaciones presentadas por la propia Cofradía en 2002 al proyecto de "Desarrollo de infraestructuras portuarias en el exterior del muelle de Isla Verde" en las que denunciaba que las “ampliaciones sucesivas del puerto de Bahía de Algeciras ha[bía]n hecho desaparecer hasta nueve caladeros” y que, con la nueva ampliación que se proponía, se extinguirían dos más.
El hecho de que en el propio Plan de Infraestructuras de 2019, pendiente de aprobación del Estudio de su Impacto Ambiental, se afirme que “en la zona de influencia del Plan faenen actualmente 6 embarcaciones [de Algeciras], 3 dedicadas al cerco y 3 al trasmallo” y que “tan sólo 4 embarcaciones [de La Línea] faenan en el interior de la Bahía de Algeciras” es el reconocimiento explícito del daño a la sostenibilidad de la vida marina provocado por el crecimiento continuado – que no sostenible – de las infraestructuras portuarias.
Algo tendrá que hacer el nuevo consejero – en aplicación de sus competencias en materia de uso, gestión y conservación sostenibles de los recursos marinos – para lograr que los futuros desarrollos del Puerto de Algeciras se basen en la preservación de los ecosistemas marinos y la sostenibilidad medioambiental, conforme a las propuestas que defiende la Economía Azul.
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