Casa Millán (I)
De improviso, sin esperarlo, tras meses sin tener noticias suyas, mi amigo Miguel me mandó hace unos días la imagen que incluyo más abajo, acompañada de un mensaje de apenas una línea en el que me decía: “No te quejarás. Te están rehabilitando tu patrimonio arquitectónico”.
Miguel – que es algecireño porque nació aquí y, sobre todo, porque aquí hizo el bachillerato – solo vuelve a nuestro pueblo unos pocos días al año a ver a su familia y, siempre que viene, nos vemos y pasamos un buen rato juntos hablando de casi todo, recordando el pasado y oyendo él mis lamentos por la desaparición inmisericorde de los escenarios de nuestra juventud. En esta ocasión, cuando ha vuelto, no nos hemos visto (por mi ausencia), pero Miguel no ha podido resistir la tentación de “recordarme”, amistosamente, la inutilidad de mis afanes en defensa de nuestro patrimonio.
Y elemento del patrimonio arquitectónico de la ciudad es la casa de la imagen, la casa nº 1 de la calle Ventura Morón, esquina a la calle Joaquín Costa, conocida como Casa Millán, incluida en el catálogo de edificios de valor ambiental a conservar del Texto Refundido del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Algeciras aprobado el año 1991.
Diez años más tarde, aprobado el texto refundido del nuevo Plan General Municipal de Ordenación (PGMO) de Algeciras, la Casa Millán, calificada ahora como edificio de notable interés arquitectónico, mostraba ya signos evidentes de abandono, apreciables en las imágenes incluidas en su ficha del catálogo de elementos del patrimonio inmobiliario de la ciudad, en la que se recomienda su rehabilitación integral y la conservación de sus usos.
En diciembre de 2004 lo que en 2001 eran signos de abandono se convirtieron en evidencias inequívocas de las deficientes condiciones del edificio para su uso legítimo: pérdida del revestimiento en diversos lugares de su fachada, rotura de cristales, desprendimiento de parte del material de su cornisa, etc. De ello di cuenta por escrito al alcalde de la ciudad pidiéndole que, en el ejercicio de sus competencias, exigiera a los propietarios el cumplimiento de la ley que les exige mantener su propiedad en condiciones de “seguridad, higiene y ornato”. Como de costumbre, el alcalde pasó de mí olímpicamente.
(No sólo pasó de mí, también pasó de la Jefa Provincial del Servicio de Ordenación del Territorio y Urbanismo que le dio traslado de mi denuncia “para que fuese atendida conforme a las competencias que ostenta según la Ley 7/2002 de 17 de Diciembre de Ordenación Urbanística de Andalucía”).
Ocho meses después, a mediados de agosto de 2005, a petición de la responsable del Negociado de Disciplina Urbanística de la Gerencia de Urbanismo, el arquitecto municipal informaba de que “la primera medida a tomar [por la propiedad de la finca] es la elaboración de un proyecto de rehabilitación integral del edificio, redactado por técnico competente. La segunda será la ejecución de las obras contempladas en dicho proyecto. Sólo con la adopción de estas dos medidas se puede garantizar el mantenimiento del inmueble en buen estado”
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En febrero de 2008 denuncié en Europa Sur, en nombre de Codepa (Coordinadora para la defensa del patrimonio del Campo de Gibraltar), la "inacción" del Ayuntamiento de Algeciras ante el deterioro de Casa Millán y el deficiente estado de conservación de otros dieciséis edificios incluidos en el catálogo del patrimonio de la ciudad.
Por las mismas fechas, la Gerencia Municipal de Urbanismo tomó el acuerdo de declarar Casa Millán en situación de "ejecución por sustitución", dando comienzo a los trámites administrativos necesarios “para la convocatoria de un concurso – regulado en los artículos 151 y 152 de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) – que permit[ier]a llevar a cabo la reparación, conservación y rehabilitación del edificio”. Los propietarios presentaron recurso contra el acuerdo, desestimado por el consejo de gestión de la Gerencia de Urbanismo.
A principios de diciembre el agravamiento del mal estado del inmueble provocó el desprendimiento de algunos cascotes que obligó a la intervención de agentes de la Policía Local y de bomberos del Parque de Algeciras para cortar la calle Joaquín Costa al paso de peatones, los primeros, y para sanear la fachada y retirar de las balconadas las lozas sueltas, los segundos. De hecho, la planta superior tuvo que ser protegida con una malla en 2009 para evitar que más cascotes dañaran a los viandantes.
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En octubre de 2009 el portavoz del Partido Popular anunciaba en la prensa que había solicitado al equipo de gobierno una reunión de la Comisión para la Conservación del Patrimonio que, pese a las denuncias y requerimientos del PP, llevaba diez meses sin convocarse, “mientras que el patrimonio sigue deteriorándose a marchas forzadas”.
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Tras las elecciones celebradas en mayo de 2011, el nuevo equipo de gobierno – ahora del Partido Popular – acordó la creación de la delegación de Patrimonio Histórico porque, según declaraba a la prensa el concejal delegado, “el alcalde considera muy importante cuidar el patrimonio histórico para que no se pierda la identidad algecireña”
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Un año más tarde, el concejal no dudó en calificar aquella decisión de positiva, defendió el trabajo realizado y afirmó que era necesario actualizar el Catálogo. “Hay que revisarlo porque hay edificios cuya inclusión no tiene razón de ser o [hay otros] que están en ruina cuyo mantenimiento es imposible”, dijo. Y añadía: “La conservación es problemática en los edificios privados. Son inmuebles antiguos, muchos de ellos en mal estado […] No es que [sus propietarios] no quieran hacerlo es que resulta muy costoso […] En estos casos hay que ser conscientes de que las casas tienen su vida y es absurdo empeñarse en mantener edificios que resultan inviables". De hecho, toda una declaración de intenciones sobre el futuro del patrimonio arquitectónico catalogado.
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A mediados de diciembre de 2014 el ahora teniente de alcalde delegado de Urbanismo y Patrimonio informó a los asistentes a la reunión de la Comisión Municipal para la Conservación del Patrimonio Histórico Local de “las previsiones de actuación en tres edificios catalogados en muy mal estado: el de la Suite de las Cortinas, el situado en Ventura Morón, 9, y Casa Millán”.
Con el mayor descaro, sin rubor alguno, haciendo caso omiso de lo establecido en el Plan General Municipal de Ordenación Urbana en vigor, incumpliendo en consecuencia la legalidad, explicó que, en el caso de Casa Millán (que es el que ahora nos ocupa), “tras muchas gestiones se va a celebrar una reunión con los propietarios […] planteándoles que si no pueden acometer el arreglo integral del edificio que al menos restauren su fachada.”
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En febrero de 2015 la reunión con los propietarios de Casa Millán aún seguía pendiente. En marzo, la Gerencia Municipal de Urbanismo – presidida para la ocasión por el propio alcalde de la ciudad –, regresando al pasado, aprobó la venta forzosa de Casa Millán (acuerdo ya tomado por la propia Gerencia siete años antes, también en febrero). En abril, según fuentes municipales, los propietarios de Casa Millán propusieron a la Gerencia celebrar la reunión pendiente después de Semana Santa.
En junio, el alcalde en funciones anunciaba que la Gerencia de Urbanismo había concluido el pliego de condiciones del concurso de venta forzosa del inmueble – entre las que constaba que “el adjudicatario asumirá la responsabilidad de la propiedad respecto a la rehabilitación del edificio” – y los informes técnicos que imponían el deber de actuar “en la estructura de madera, bastante deteriorada, en la zona de patios, en las escaleras, en la cubierta y en la fachada”.
En noviembre, la prensa informaba de que, fruto de las gestiones realizadas por el Ayuntamiento, “uno de los propietarios tenía la intención de ceder al Consistorio su porcentaje en […] la propiedad, cifrado en un 10%”. No consta que la cesión se produjese, pero sí consta que “el Ayuntamiento [iba] a proponer ampliar el plazo para sacar a concurso la venta forzosa […] del edificio, […] a la espera de informes jurídicos relacionados con una última propuesta efectuada por la propiedad”, de la cual no dieron información alguna ni el alcalde de la ciudad ni su delegado de Patrimonio Histórico.
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Tras casi dos años sin noticias, a finales de marzo de 2017 el alcalde, en un comunicado previo a la reunión del Consejo de la Gerencia de Urbanismo, informó de que, “en pocos días, se iba a proceder a la colocación de un andamiaje perimetral en las fachadas del edificio, para garantizar la seguridad ciudadana”, decisión tomada “tras celebrar una reunión técnica para tratar sobre el edificio y visitarlo, llegando a la conclusión sobre la necesidad de reforzar la seguridad del inmueble, teniéndose además en cuenta las fiestas de Semana Santa que se aproximan y la ubicación del inmueble en la esquina de la Plaza Alta, por donde discurren los desfiles procesionales y donde se congregan muchísimas personas”. El alcalde manifestó que “ya se ha comunicado la noticia a los propietarios y que, en caso de que no acometan los trabajos, los realizará el Ayuntamiento por ejecución subsidiaria. Precisamente mañana pasará por el Consejo de Gerencia la imposición de otra multa coercitiva a los propietarios, la tercera por valor de 47.000 euros, por el incumplimiento del deber de conservar el edificio”
A mediados de junio, “el alcalde de Algeciras informó de la compra de Casa Millán por parte de una sociedad algecireña “que pretende explotar el edificio en régimen de alquiler”, una vez realizada la pretendida rehabilitación integral del edificio catalogado del que – ¡sorpresa!, ¡sorpresa! - tan sólo se respetaría la fachada. El alcalde “destacó que se trata de una gran noticia para la ciudad, largamente perseguida por su equipo de gobierno, que tuvo muy claro […] nuestra obligación de preservar y recuperar el patrimonio algecireño", (en particular, fachadas, digo yo) todo ello pese a que, según el planeamiento vigente, en Casa Millán “las intervenciones posibles son: las de conservación y mantenimiento (obligadas), las de adecuación funcional y modernización del interior, (permitidas), las de eliminación de elementos antiguos de valor (prohibidas) y las de rehabilitación integral con conservación de usos (recomendadas)”.
En septiembre, los diferentes medios de comunicación locales dieron noticias de que la peculiar “rehabilitación de la emblemática Casa Millán continua[ba] adelante [y que] los nuevos propietarios del edificio esta[ba]n preparando un proyecto justificativo para la demolición del interior del inmueble, proyecto que, según explicó el alcalde, “deberá ser presentado ante el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía para obtener autorización, dado que es un requisito imprescindible para los edificios catalogados en grado 2, como es el caso”, requisito que – dicho sea entre guiones y diga lo que diga el alcalde – no consta entre los incluidos en el catálogo del patrimonio del PGMOU.
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A finales de febrero de 2018 los propietarios de Casa Millán solicitaron “licencia para el proyecto de demolición parcial del inmueble del que se conservarán la fachada y la forja exterior. El proyecto prevé la demolición de una superficie de 500 metros cuadrados”, prácticamente toda la superficie construida, pese a lo cual – según el alcalde de la ciudad – “el proyecto supone un primer paso para su rehabilitación integral”.
Al mes siguiente, la Comisión Provincial de Patrimonio aprobó el proyecto de derribo interior “tras conocer el proyecto presentado por la empresa propietaria del edificio y comprobar que respeta los condicionantes que le afectan por formar parte del entorno de la iglesia de La Palma, en proceso de incoación como Bien de Interés Cultural”.
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A principios de junio de 2019 el alcalde en funciones anunció que “en pocos días comenzará la primera fase de las obras para la recuperación de […] Casa Millán. Así lo han comunicado los actuales propietarios del inmueble, que […] ya han retirado la licencia de obras que les fue concedida y tienen previsto comenzar los trabajos en un plazo de 15 días. […]; se trata de una actuación de envergadura […] que empezará por […] afianzar la fachada, la demolición de 500 metros cuadrados […]. También se prevé la retirada de elementos ornamentales y de la cerrajería del edificio para restaurarla y reutilizarla una vez que se construya el edificio […].”
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Más de un año después, a finales de octubre de 2020, el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento instó públicamente al gobierno local del PP “a que reclam[as]e el comienzo de las obras de rehabilitación de la Casa Millán [recordando] que la comisión municipal de Urbanismo aprobó en diciembre pasado la licencia de obras, que señalaba el comienzo de las actuaciones en el plazo máximo de seis meses. Aun contando con el paréntesis del estado de alarma por la pandemia, el plazo legal se ha podido superar. Nos preocupa la situación del inmueble, sobre todo por la llegada de las lluvias”.
Intemperante, desconsiderada, la concejal delegada de Urbanismo respondió lamentado “que el PSOE de Algeciras siga reclamando información relativa al proyecto de rehabilitación de la Casa Millán, cuando desde la Delegación de Urbanismo se le ha facilitado toda la documentación pertinente en varias ocasiones, al igual que al resto de formaciones que componen la Corporación Municipal”; acusándole de “sobrecargar el trabajo diario del funcionariado público solicitando información que ya tienen”; de “llevar, desde 2018, tratando de paralizar la rehabilitación del edificio [desde] la Delegación Territorial de Cultura cuyo delegado, el edil socialista, Daniel Moreno, incluso llegó a amenazar al Ayuntamiento de Algeciras con tomar medidas legales”; de “hacer oposición buscando el mal para la ciudad, pensando que cuanto peor para Algeciras, mejor para ellos”.
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El jueves 25 de marzo de 2021, el alcalde de Algeciras comunicó que “acaba[ba] de finalizar la primera fase de excavación en el solar de Casa Millán y lo ha[bía] hecho con un hallazgo significativo.”
La intervención ha permitido obtener “una importante información sobre el urbanismo de la Algeciras medieval, especialmente, sobre uno de los períodos más breves y menos conocidos de su historia, el transcurrido tras la conquista castellana.
La delegada de Cultura y Patrimonio, informó de que “los técnicos de la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía ha[bía]n determinado la conveniencia de conservar, bajo la nueva edificación, parte de un patio con andén perimetral de una vivienda islámica tardomedieval”. La edil señaló que “lo más interesante de este espacio es el descubrimiento de un pozo, aún en funcionamiento, construido en el siglo XIII o principios del siglo XIV. A pesar de que sus propietarios lo taparon con una piedra de molino en la Edad Media, curiosamente aún mantiene el nivel de agua”.
El arqueólogo municipal destacó que se ha[bí]a documentado el primer edificio construido con seguridad en época cristiana (1344-1369), lo que resulta[ba] de especial interés porque hasta el momento se pensaba que los castellanos se habían limitado a reformar las viviendas islámicas.
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El solar de
Casa Millán. Imagen tomada de Google Earth, hoy.
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