La verdadera historia de la Escalinata (V)

Desde el inicio de las obras del proyecto del muro de ribera que acabó siendo Paseo Marítimo, los propietarios de los terrenos colindantes con su trazado se apresuraron a mostrar su interés por los sobrantes de suelo que pudieran producirse. A finales de agosto de 1942, apenas un mes después de adjudicadas las obras, muchos de ellos presentaron sus peticiones a la Junta de Obras del Puerto (JOP) que respondió a los interesados que “no habiéndose practicado aún el reglamentario deslinde y parcelación que habían de determinar los terrenos que puedan resultar sobrantes, después de deducir los correspondientes a zona marítima, vías y servicios públicos, no podía resolver sobre el particular”.

1. La Parcelación del Paseo Marítimo

La primera propuesta de actuación urbanizadora en el nuevo suelo público del Paseo Marítimo partió del propio gobierno municipal. En la sesión de la Comisión Permanente Municipal, celebrada el día 19 de febrero de 1954, el alcalde informó de que el Banco de Crédito Local había aceptado que parte del importe de la venta de las parcelas de la 1ª fase del ensanche del Mirador – destinado a la amortización del empréstito suscrito para la recuperación del servicio de abastecimiento de agua potable – quedase a disposición del Ayuntamiento para la construcción de viviendas para alquilar o vender a particulares. Conseguida la financiación, el arquitecto municipal recibió instrucciones para realizar un proyecto para “la construcción del bloque de 16 viviendas y cuatro tiendas previsto en el Paseo Marítimo”.

Figura 1. Vista del NE de la Bahía, desde la Escalinata, c. 1957. Colección privada

Meses más tarde, el alcalde – en la reunión de Pleno realizada el 25 de enero de 1955 – daba cuenta de que la Comisión Permanente de la JOP había acordado, con su voto en contra, ceder al Ministerio de Marina una parcela de 900 metros cuadrados en la zona del Chorruelo – “destinada para parques y ornato de la zona” – para construir una nueva Comandancia a continuación del edificio de la Junta, rechazando su propuesta de que la nueva comandancia se construyese “en los terrenos ganados al mar en el Muro de Ribera para contribuir a urbanizar y hermosear dicho paraje”. Informó asimismo de que, además de la Comandancia, se construiría “el edificio de Sanidad Exterior en otra parcela también destinada a jardines”, añadiendo que “de llevarse a cabo el proyecto, los habitantes de Algeciras, para ver el mar, se tendrán que ir más allá del Cementerio o del campo de golf”. De nada sirvió la oposición municipal ni el posterior escrito del Pleno dirigido al Ministro de Obras Públicas “exponiendo el caso y pidiendo la construcción de la comandancia en el Paseo Marítimo”.

Poco más de cuatro meses después, en el pleno celebrado el 31 de mayo de 1955, la corporación municipal acordó proponer a la Junta de Obras del Puerto (JOP) la entrega de una parcela de 21.600 m2, situada en el Cortijo del Calvario, a cambio de la parcela de 14.307 m2 de suelo propiedad de la JOP, situada en la margen derecha del Paseo Marítimo descrita como “de forma muy irregular, […] que forma un triángulo con vértice en la esquina de la Avenida Cañonero Dato y con base de 46,5 metros en su lindero norte”, cuyos límites eran: al norte, solares del Ramo de Guerra; al sur y al este, el propio Paseo Marítimo; y al oeste, diferentes fincas de propiedad particular.

A principios de julio, la Comisión Permanente Municipal acordó “dar publicidad a la subasta de las parcelas disponibles en el Paseo Marítimo, anunciándola en los diarios ABC y España de Tánger, en el semanario Algeciras, y en Radio Tánger”.

2. La urbanización del Paseo Marítimo

Los primeros edificios del Paseo Marítimo fueron construidos, a principios de la década de los años cincuenta, en los solares del Ramo de Guerra, en las proximidades de la Playa de los Ladrillos. A los pies del escarpe sobre el que se situaban las instalaciones del Fuerte de Santiago se levantaron un chalet unifamiliar y un pabellón con cuatro viviendas. Posteriormente, a mediados de noviembre de 1956, la Comisión Permanente municipal dio licencia al Patronato de Casas Militares para la construcción – en el mismo lugar – de viviendas para suboficiales.

En las parcelas municipales, sin embargo, y pese a las gestiones del alcalde y al interés manifiesto de la corporación, la construcción de las viviendas previstas en el Paseo Marítimo se demoró. A mediados de diciembre 1958 el Pleno aprobó “el plano de las parcelas 26 a 30 del Paseo Marítimo […], que deberían destinarse a edificios con un mínimo de 5 plantas y 17 metros de altura”, conforme lo establecido en las ordenanzas vigentes. Asimismo, el Pleno, en la sesión celebrada a finales de abril de 1959, atendiendo a lo propuesto por la Comisión Municipal de Obras, acordó adjudicar las parcelas existentes entre el edificio del Banco de Bilbao y la Escalinata – declaradas no edificables […], por su forma irregular y su tamaño reducido – directamente a los propietarios de las fincas colindantes. Ocho meses más tarde el alcalde encargó a la Comisión del Paseo Marítimo que se reuniese con los propietarios de las parcelas para exigirles que construyesen o que, en caso contrario, se les expropiaría “porque por el buen nombre, el ornato y la prosperidad de Algeciras” no se podía permitir el estado en que se encontraban.

La primera licencia para edificar en el Paseo Marítimo se concedió en el curso de la sesión de Pleno celebrada el 30 de diciembre de 1960. En ella el alcalde sometió a la consideración de los asistentes qué respuesta dar al propietario de la parcela número 21 del Paseo Marítimo que preguntaba si el edificio que pretendía construir podría tener balcones y ventanas a la Escalinata. En el debate consiguiente, Soriano, Teniente de Alcalde del Distrito 3º (San Isidro), insistió en que “a toda costa, desde el balcón de la Escalinata, debía verse toda la Bahía sin que estorbe ninguna edificación”. Pese a ello el Pleno, “dado que la parcela no linda[ba] con la Escalinata, acordó autorizar la obra […] si el edificio se constru[ía] a tres metros de la linde de su parcela”, Acordó asimismo que “en su día se decidiría si en las parcelas que linda[ba]n con la Escalinata […] se plantarían jardines o se construirían casas bajas”.

Figura 2. Vista del NE de la Bahía, desde el parking Escalinata (esquina inferior derecha de la imagen). Captura de pantalla de Google Earth, imagen de 15/5/2023

No se plantaron jardines ni se construyeron casas bajas, ni se consideró la propuesta de Soriano. Más aún, tres años más tarde, en la sesión de pleno celebrada el 24 de abril de 1964 el gobierno municipal dio cuenta de la venta de las parcelas 24 y 25 del Paseo Marítimo “con la exigencia de que se cumpla inexcusablemente la condición de edificar inmuebles con un mínimo de 8 plantas y 24 metros de altura”, casi 9 metros más que la cota del balcón de la Escalinata, haciendo imposible la vista de toda la bahía.

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